Ecuador: Movimientos étnicos y multiculturalismo en el Ecuador: Pueblos indígenas, afrodescendientes y montubios.

ALAI, América Latina en Movimiento

2011-09-07

Ecuador

Movimientos étnicos y multiculturalismo en el Ecuador:

Pueblos indígenas, afrodescendientes y montubios

Hidekazu Araki


 

Introducción:
En el Ecuador en las últimas décadas se han activado movimientos sociales por parte de los grupos étnicos, sobre todo por las nacionalidades y pueblos indígenas. Su impacto y envergadura de las movilizaciones, los diálogos con el Estado y la participación en el gobierno han llamado la atención académica mundial. Sin embargo, este proceso no ha sido aislado de los siguientes procesos identitarios de otros grupos étnicos. En realidad, mientras que se desenvolvía el movimiento indígena a lo largo de la década de 1990, reivindicaban los afrodescendientes y un grupo mestizo llamado montubio. ¿Qué tipo de relaciones interétnicas tienen estos movimientos? ¿Cuáles son los logros y lecciones para sus actores y miembros en general, con miras a los cambios temporales y estructurales que se dan en el Estado y la sociedad?
Esta ponencia tiene como objetivo resumir y analizar las relaciones entre movimientos étnicos y multiculturalismo en el Ecuador, enfocando a los grupos indígenas, afrodescendientes y montubios. Entre los temas que merecen más atención se encuentra el de las relaciones que tiene el movimiento indígena con actores no indígenas en los procesos estructurales de transformación regional, nacional y global.
1. Inclusión y exclusión de indígenas y afrodescendientes en el Estado mestizo
 
Influenciado por los pensamientos del mestizaje como el de José Vasconcelos en México, en el Ecuador se ha formado el Estado mestizo a mediados del siglo XX. Durante las décadas de 1940 a 1960 se afirmó el mestizaje como identidad estatal. Y en la década de 1970, en la que la ideología del mestizaje como “blanqueamiento” se había institucionalizado en el Estado, el entonces dictador Guillermo Rodríguez Lara decía: “No hay más probelma en relación con los indígenas (…) todos nosotros pasamos a ser blancos cuando aceptamos las metas de la cultura nacional” (Silva 1995: 17).
Así, el mestizaje ha sido un componete fundamental de la identidad nacional y símbolos de la ecuatorianidad (Polo Bonilla 2007: 15). En las relaciones étnicas e interétnicas la ideología del mestizaje ha sido una tradición larga, funciona como una “ideología de exclusión” (Stutzman 1981), y tiene todavía un impacto muy profundo.
Simultáneamente se calificaban a las culturas indígenas como expresiones atrasadas y primitivas. Las ideas sobre el mestizaje han tenido un importante regreso después del levantamiento indígena de junio de 1990, como parte de la reacción ante el avance de las ideas sobre lo pluricultural. Es la apelación a una mayoría moral indiscutida y una solidaridad imaginaria ante el peligro de lo otro (Ibarra 1998: 21-22).
En el Ecuador, el proceso de construcción de la identidad colectiva de los pueblos afrodescendientes ha sido traumática y no ha merecido la adecuada atención del Estado y de la sociedad, por el contrario, se ha invisibilizado. De acuerdo con Carlos de la Torre (2002: 18-19), la identidad negra ha sido percibida por las élites nacionales con una marcada inferioridad, aún más que los indígenas, invisibilizada, excluida y sometida a la ideología del “blanquemiento”, y a pretendidas estrategias de homogeneidad mestiza nacional, que retóricamente integra al pueblo afrodescendiente y a la vez lo excluye mediante sesgos particulares de discriminación, exclusión y racismo (Antón Sánchez 2005: 2).
2. Indígenas y afrodescendientes: movimientos en busca de derechos colectivos
 
2.1 Moviminetos indígenas: sus logros y lecciones
 
Los indígenas empezaron a organizarse como campesinos desde mediados del siglo XX y comenzaron a incidir de cierta manera en las decisiones políticas del país, aunque siempre bajo la tutela de partidos tradicionales. Sin embargo, la organización indígena se fortaleció desde 1986 con la constitución de la CONAIE (Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador), reunida por las tres organizaciones regionales: ECUARUNARI (Ecuador Runacunapac Riccharimui, fundada en 1972 en la sierra), CONFENIAE  (Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana, fundada en 1980) y COICE (de la costa). La CONAIE se ha convertido en un importante actor dentro del escenario político nacional, dirigiendo los grandes actos de protesta (como levantamientos, marchas, toma de lugares públicos, etc).
A partir de la irrupción del movimiento indígena en la escena social y política tras el Levantamieno Nacional de junio de 1990, se inició con un ritmo gradual un proceso de apertura por parte de la sociedad reconociendo la existencia de las Nacionalidades y Pueblos y sus derechos colectivos con una forma de cultura particular y variada. Este fenómeno es llamado “sismo étnico” (o sea, cataclismo o pachakutik en quechua).
Desde entonces, las palabras “nacionalidad” y “pueblo” se han incorporado al lenguaje público como reinvención de nuevas identidades (por ejemplpo, mediante la formación de nuevos símbolos étnicos, tales como el Mapa de Nacionalidades y Pueblos Indígenas del Ecuador) (Pajuelo, 2007: 24, 26-27, 131-146).
El movimiento indígena ya había construido como estrategias políticas la noción de interculturalidad alrededor de la década de 1970, y la tesis de plurinacionalidad a partir de la década de 1980.
En 1988 los indígenas presentaron al Congreso Nacional un proyecto de “Ley de nacionalidades indígenas” que señala que hay una “nación” surgida del mestizaje y varias “nacionalidades” surgidas de la resistencia. Con el planteamiento de esta propuesta y con las movilizaciones a partir de 1990, se crearon las condiciones para que durante los siguientes años las organizaciones indígenas demanden no solo la ejecución del Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales de la OIT, sino también la promulgación de una nueva carta constitucional.
Luego de varias décadas de lucha de los pueblos indígenas y a la presión ejercida por sus organizaciones, se incorporó oficialmente la educación intercultural bilingüe (EIB) al sistema educativo formal por el Ministerio de Educación. En noviembre de 1988, a dos años de la creación de la CONAIE, se creó la DINEIB (Dirección Nacional de Educación Intercultural Bilingüe), la cual oficializó un modelo de educación en 1993. Las organizaciones indígenas lo manejaron y respaldaron (Larrea 2007: 69-70).
De misma manera, los pueblos indígenas han dado pasos significativos hacia la constitución de instituciones nacionales como el CONPLADEIN (Consejo Nacional de Planificación y Desarrollo de los Pueblos Indígenas y Negros, fundado en 1997, pero a partir de 1998 pasó a la CODENPE, Consejo de Desarrollo de las Nacionalidades y Pueblos del Ecuador), y la DNSPI (Dirección Nacional de Salud de los Pueblos Indígenas, fundada en 1999). Estas instituciones, con todas las limitaciones que puedan tener, atienden a las necesidades de las diferentes naciones indígenas existentes en el país.
Además, la fundación de la UIAW (Universidad Intercultural de los Pueblos y las Nacionalidades Indígenas “Amawtay Wasi”, fundada en 2004) constituye una de las iniciativas de mayor importancia para los indígenas. La creación de este espacio es básicamente una tarea política que tiene una pretensión epistemológica, es decir, dotar de contenidos de valoración científica a un conocimiento ancestral.
Aparte de los sucesivos levantamientos (de 1990, 1994, 1996, 1997, 2000, 2001, y otros más), así como las movilizaciones expresadas en la marcha de indígenas desde la Amazonía hasta Quito (de 1992) y contra la Ley de Desarrollo Agrario (de 1994), el movimiento indígena promovió su estrategia hacia la participación directa en las elecciones. Así, en 1996 el movimiento indígena formó un movimiento político llamado Pachakutik: MUPP-NP (Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik-Nuevo País). Como brazo político de la CONAIE, el Pachakutik ha logrado elegir a alcaldes, prefectos provinciales y congresistas en las siguientes elecciones.
El poder político del movimiento indígena junto con otras fuerzas sociales los han llevado tanto a derrocar como colocar a presidentes en el Ecuador. Fue el actor desencadenante de las crisis políticas que terminaron con el derrocamiento de los presidentes Abdalá Bucaram (en 1997) y Jamil Mahuad (en 2000). Obviamente, los sucesos ocurridos del 21 de enero de 2000 constituyen uno de los momentos más trascendentales de la historia política nacional que trajo la conformación efímera de la Junta de Salvación Nacional en la cual participó el entonces presidente de la CONAIE, Antonio Vargas. En ellos se notó la “toma simbólica de Quito” con la llegada de miles de indígenas a la capital.
Por otro lado, en el 2002 el coronel Lucio Gutiérrez, héroe del 21 de enero, llegó a la presidencia en alianza electoral con el Pachakutik y otros sectores izquierdistas. Durante el gobierno de Gutiérrez, en 2003 el movimiento indígena y el Pachakutik lograron la designación de los primeros ministros indígenas en el gabinete; Nina Pacari para el Ministerio de Relaciones Exteriores y Luis Macas para el Ministerio de Agricultura. Pero, el proyecto neoliberal del presidente hizo romper el cogobierno, y luego de seis meses, el Pachakutik se vio obligado a dejar el régimen. La experiencia gubernamental, sobre todo su desgaste político, dejó al Pachakutik y al movimento indígena en una situación de debilitamiento y fracturas internas, de las cuales no logran salir todavía. Al contrario, la caída de Gutiérrez de 2005 por las protestas de forajidos significó ausencia del movimiento indígena
Desde la fundación de la CONAIE, el movimiento indígena del Ecuador ha sido considerado uno de los más importantes e influyentes en América Latina. Sin embargo, a pesar de su peso político, la gran mayoría de los indígenas continúan siendo uno de los grupos étnicos más excluidos de la sociedad. Además, hay una débil asociación entre el poder político alcanzado por el movimiento y los cambios visibles en la calidad de vida de la población indígena. En realidad, pese a la fuerza y logros del movimiento indígena, sus condiciones de vida han mejorado muy poco desde 1990. Persisten enormes brechas en nutrición, salud, educación y pobreza, así como la discriminación en el mercado laboral (Larrea 2007: 14, 97).
2.2 Movimientos afroecuatorianos: un emergente movimiento étnico
 
Por otra parte, en la década de 1990 los grupos afrodescendientes empezaron a desarrollarse y formarse en un movimiento desde las bases locales y regionales, con un ritmo relativamente lento y gradual. Por eso, en general los llaman un emergente movimiento social.
Los procesos de fortalecimiento y construcción de la identidad negra en el Ecuador ha venido desallorrandose a lo largo de las últimas décadas implusados en parte por la fuerte agenda social y política indígena, por alianzas y diferencias con ellos, y por la Asamblea Constituyente de 1998 que, por primera vez y después de más de 170 años de vida republicana, reconoció en la Constitución Política los puelos negros o afroecuatorianos, otorgándoles derechos colectivos (Medina y Castro 2006: 41; Walsh y García: 2002: 320).
Pero a diferencia de lo ocurrido con los indígenas, quienes han encontrado el impulso identitario en la organización nacional, los procesos identitarios de los pueblos afroecuatorianos vienen principalmente del contexto local y regional, a través de líderes con sus bases en las comunidades y provincias (Medina y Castro 2006: 41; Walsh y García: 2002: 320).
El hecho de que estos líderes están incorporados a una red andina con grupos y organizaciones negras de Colombia, Venezuela y Perú, muestra que los procesos identitarios también son transterritoriales, parte de una naciente identificación y relación afro-andina (Walsh y García: 2002: 320).
La exclusión y marginalización de los grupos negros viene no solo del poder blanco-mestizo, sino también de algunas tendencias de la hegemonía indígena. Los afroecuatorianos son vistos a la sombra de los indígenas, es decir, siempre en comparación con ellos. Y en esta comparación, los pueblos negros aparecen como débiles y fragmentados, incapaces de organizarse y movilizarse. A pesar de una experiencia de las alianzas políticas establecidas a mediados de la década de 1990 entre dos grupos incluyendo en la formación del PRODEPINE (Proyecto de Desarrollo de los Pueblos Indígenas y Negros del Ecuador) con el financiamiento del Banco Mundial, no es fácil establecer y fortalecer sus lazos a nivel nacional, principalmente debido a la emergencia de tedencias indianistas (Walsh y García: 2002: 319).
En el Ecuador se ha dado un incipiente desarrollo organizativo de la población negra, si es que se la compara con los niveles de organización política alcanzados por las nacionalidades indígenas. Apenas en 1999 se llevó a efecto un primer intento amplio y nacional de acercamiento concreto de organizaciones provinciales y locales, tanto urbanas como rurales: el Primer Congreso Nacional del Pueblo Afroecuatoriano y la conformación de la CNA (Confederación Nacional Afroecuatoriana), que logró el reconocimiento jurídico en noviembre de 2002 (Medina y Castro 2006: 51).
Aunque representa el pueblo afroecuatoriano, a nivel político, la CNA, en su corta vida insitutucional,  ha enfrentado crisis de legitimidad. Se nota el surgimiento de las organizaciones a nivel provincial, por ejemplo, como la CANE (Confederación Afroecuatoriana del Norte de Esmeraldas), la FECONIC (Federación de Organizaciones Campesinas Negras de Imbabura y Carchi) en la sierra norte, especialmente en la Cuenca del Chota-Mira, etc. (Medina y Castro 2006: 77-78).
A nivel nacional, la CODAE (Corporación de Desarrollo Afroecuatoriano), creada en junio de 2005, es la organización gubernamental adscrito a la Presidencia de la República para el desarrollo de los pueblos afroecuatorianos. En febrero de 2011 la CODAE cambió su nombre al Consejo Nacional para la Igualidad del Pueblo Afroecuatoriano. Actualmente se está elaborando el “Anteproyecto de Ley Orgánica de Acciones Afirmativas, Reparaciones y Derechos Colectivos del Pueblo Afroecuatoriano”.
“Es una propuesta legislativa construida de manera colectiva con el aporte de varias organizaciones de afrodescendientes e instituciones del Estado. La propuesta desarrolla los 21 derechos colectivos contenidos en el Artículo 57 de la Constitución (de 2008, véase abajo) y hace énfasis en el derecho a la reparación, a no sufrir racismo, ni discriminación, como una estrategia para superar el racismo estructural y aportar a la construcción del Estado Plurinacional e Intercultural”. “Entre los contenidos del documento se destacan: no al racismo y la discriminación; derechos territoriales; patrimonio cultural, derecho a la comunicación e información; conocimiento y saberes ancestrales; subsistema de etnoeducación afroecuatoriana; desarrollo cultural; derechos económicos; libre determinación; circunscripciones territoriales; consulta previa, libre e informada; acciones afirmativas y reparaciones, entre otros” (frases extraídas de la página web de la CODAE).
3. Reforma constitucional de 1998 y milticulturalismo desde arriba
 
Como resultado del proceso en que participaron activamente los movimientos sociales incluyendo los indígenas y de otros actores étnicos, en 1998 la Asamblea Constituyente aprobó las reformas a la Constitución Política de la República del Ecuador.
El logro más importante fue la declaración del país como Estado pluricultural y multiétnico. Se definieron la multietnicidad y la pluriculturalidad del Ecuador, reconociendo la clara existencia y los derechos colectivos de los pueblos indígenas y negros o afroecuatorianos: los derechos socio-económicos y culturales con relación al mantenimiento y desarrollo de la identidad, la tradición y cultura; la conservación de la tierra; las utilización de los recursos naturales; el acceso a la educación bilingüe, etc. (Arts.84-85)
El movimiento indígena viene luchando a favor del reconocimiento de sus pueblos originarios como Nacionalidades, y por la consiguiente, la existencia del Estado plurinacional, lo que implica admitir oficialmente la diversidad cultural, que se proyecta institucional y políticamente en la estructura del Estado. Esta autodefinición ya fue reconocida en la Constitución de 1998, que hacía referencia a “los pueblos indígenas, que se autodefinen como nacionalidades de raíces ancestrales…” (Art. 83).
4. Visibilizar a los indígenas y afrodescendientes en los censos de población
 
4.1 Censo de población de 2001
 
Tantos pueblos indígenas y afrodescendientes como otros grupos étnicos tienen un creciente protagonismo político que reivindica el ejercicio de sus derechos y se encuentran viviendo un proceso de revitalización de sus identidades y de fortalecimiento de sus organizaciones. Es una preocupación que ha alcanzado amplia difusión en los últimos años, haciendo más visible las condiciones de vida y características de los pueblos e identificar los factores que les impiden, en forma colectiva, alcanzar mejores niveles de vida conservando, al mismo tiempo, su identidad cultural (De Popolo 2008: 13; Schkolnik 2009: 59).
La inclusión del enfoque étnico en los censos de población forma parte de las nuevas demandas tendientes a ampliar de la ciudadanía a los sectores o grupos que se encuentran parcialmente excluidos de ella, y a buscar una mayor participación basada en la diferencia y el pluralismo cultural. Para que estos procesos se consoliden, los pueblos requieren ser plenamente visibilizados y debe crearse conciencia de sus necesidades en el marco de sus características culturales (Schkolnik 2009: 61).
El número de países que ha incluido el enfoque étnico en los censos ha ido aumentando significativamente con el tiempo. Mientras que en 1970 y 1980 se disponía solo de enumeraciones aisladas, las dos últimas rondas censales (1990 y 2000) indican que se ha tomado conciencia en los pasíses acerca de la necesidad de la visibilidad estadística de los pueblos étnicos, principalmente como consecuencia de las demandas y presiones de las organizaciones indígenas y afrodescendientes (Schkolnik 2009: 74). En la ronda de censos del 2000, hubo un avance en este sentido, puesto que 17 de 19 países incorporaron preguntas para la identificación de la población indígena y/o afrodescendiente en el cuestionario censal.
Igualmente en el Ecuador, en noviembre de 2001 por la iniciativa del INEC (Instituto Nacional de Estadística y Censos) se realizaron el V Censo de Población y IV de Vivienda. En ellos por primera vez se preguntó a la población sobre la forma en que se definía a si misma desde el punto de vista étnico. El censo de 2001 incluyó dos preguntas sobre etnicidad, una sobre el idioma hablado y otra sobre autoidentificación étnica.
Según el censo de población de 2001 (cuadro I), solamente el 6,8% de los ecuatorianos se definía como indígena, y solamente el 5% hablaba una lengua nativa. En cambio, cabe destacar que el 77,6% de la población se considera como mestiza. Y la población que se autoidentificó como afroecuatoriana (considerados como tales negros y mulatos) alcanzó 604.009 personas, cantidad que representa el 5% de la población total.
Cuadro I: Distribución étnica de la población en el Ecuador
Afroecuatorianaos 5 %
Indígenas          6,8%
Blancos           10,4%
Mestizos          77,6%
Fuente: Censo de Población de 2001, INEC.
Este porcentaje de la población indígena es relativamente bajo si lo comparamos con los de otros países de América Latina (cuadro II). Por ejemplo, Bolivia registra en el mismo año un 62% (pero, en el caso de Bolivia no existía la alternativa étnica de mestizo en las preguntas, por lo que muchos consideran a este censo como inválido.), Perú un 32%, Guatemala el 41% y Chile un 5%, casi lo mismo que el Ecuador. En general el dato del 7% parece muy bajo a pesar de que el Ecuador ha vivido uno de los procesos de mestizaje más intensos de América Latina.
Cuadro II:  Población indígena en países de América Latina
País                   Indígenas %            Año
Bolivia                   62,2                  2001
Chile                     4,6                   2002
Ecuador                  6,8                   2001
Guatemala              41,0                   2002
México                   6,3                   2000
Perú                    32,0                   2001
Fuente: Schkolnik (2009), p.90
En el Ecuador, el porcentaje de la población indígena ha sido un tema de debate entre líderes indígenas, académicos y el Estado. Los censos han sido cuestionados por su estructura, preguntas, alcance y resultados. Muchos coinciden en que las estadísticas nacionales subestiman a la población indígena. Todos los censos en el Ecuador pueden presentar sub-registro, es decir, consideran que existen menos indígenas que los que hay en realidad. Esto se debe a la fuerte discriminación étnica, que conduce a que los indígenas tengan resistencia, temor o recelo de identificarse como tales (Larrea 2007: 21-22).
4.2 Formación de la CONEPIA y la participación en el censo de 2010
 
En realidad, el principal problema parece haber sido la subestimación de la polación y pueblos indígenas, al incorporar también la categoría de “mestizo” entre las opciones de respuesta. No obstante no se destacan otro tipo de problemas vinculados a la participación indígena en el operativo, en algunos casos por una auto-exclusión debida a la disensión que aparentemente existía entre la formación de la pregunta a la que arribó el INEC y la propuesta de algunas organizaciones indígenas. Estas posturas parecen estar superándose para la ronda de 2010, habiendo una voluntad política de promover el diálogo y el trabajo conjunto entre los diferentes actores involucrados. De esta manera, en el 2007 se creó la CONEPIA (Comisión Nacional de Estadísticas para Pueblos Indígena y Afroecuatoriano), en donde participan el INEC, las instituciones de gobierno a cargo de los asuntos indígenas (CODENPE) y afrodescendientes (CODAE) y las propias organizaciones de estos colectivos (DePopolo, 2008: 28; Schkolnik 2009: 85). Luego, con la participación del CODEPMOC (véase abajo), la CONEPIA ha cambiado en la denominación actual: Comisión Nacional de Estadísticas para Pueblos Indígena, Afroecuatoriano y Montubio.
Como resultado de este proceso, entre varios grupos étnicos, se ha activado la campaña nacional de autoidentificación y la participación en el censo de 2010.
En el censo, los ecuatorianos tenían que definir a cuál de al menos siete grupos pertenecen. La boleta censal la pregunta 16 sección 4, dice: ¿Cómo se identifica … según su cultura y sus costumbres? Las opciones son: 1.Indígena, 2. Afroecuatoriano/a /Afrodescendiente, 3. Negro/a, 4. Mulato/a, 5. Montubio/a, 6. Mestizo/a, 7. Blanco/a, y 8. Otro/a. Además, en la pregunta 17: ¿Cuál es la nacionalidad o pueblo indígena a la que pertenece usted?
Las organizaciones indígenas, de los pueblos montubios y afroecuatorianos pidieron que el INEC refuerce la campaña informativa para el censo sobre la autoidentificación. Ante estas expectativas, la CONAIE y otras instituciones indígenas han organizado grupos de chasquis (mensajeros) para que promocionen la autoidentificación en sus comunidades.
Grupos esperaban crecer en población. Como vemos antes, el número de los indígenas, en el censo del 2001 registró el 6,8% de la población, con un crecimiento del 1% en relación con el censo anterior, lo que los dejó descontentos. Por consiguiente, las organizaciones indígenas veían como un reto este censo y esperaban representar el 20% de la población ecuatoriana. La misma expectativa hay en los pueblos montubios. Aspiran a ser entre el 15% y 20%. Entre los factores favorables, desean establecer base numérica con la visibilización completa para recibir más fondos públicos. Hasta la fecha (agosto de 2011), todavía no se ha publicado oficialmente los detalles del censo.
5. Montubio: etnogénesis de un nuevo pueblo mestizo
 
¿Si los pueblos indígenas y afrodescendientes constituyen grupos étnicos muy heterogéneos, lo mismo será el grupo mestizo? En cuanto a la activación de las identidades indígena y afroecuatoriana, nos llamará la atención un nuevo fenómeno: la emergencia de un grupo mestizo que busca identidad propia dentro del mestizo mayoritario.
En 2001, después de la huelga de hambre, varios miembros del grupo Montubio lograron una aprobación como pueblo étnico ecuatoriano por el gobierno de Noboa. Al mismo tiempo, su organización el CODEPMOC (Consejo de Desarrollo del Pueblo Montubio de la Costa Ecuatoriana y Zonas Tropicales de la Región Litoral) consiguió el reconocimiento oficial y fondos gubernamentales (Roitman 2009: 112; Roitman 2008: 7).
         El montubio es el trabajador del campo, independiente, alegre, abierto, y celoso de su prestigio de varón y hombre honrado. En realidad, el montubio es una identidad mestiza, es decir una identidad étnica que ha surgido recientemente de los grupos mestizos, proclamando su autodefinición propia, con especificaciones locales de la costa y reflejando la diversidad de mestizaje en general.
Según la página-web del CODEPMOC, “el montubio es el resultado de un complejo proceso histórico de adaptación y transformación étnica, interregional y socio-cultutral que se dio en el litorial donde se fusionaron indios, blancos y negros; de esta fusión provenimos los montubios, con cultura, identidad propia y particular realidad, que nos diferencia de mestizos y campesinos de la sierra y otros pueblos del país”. De esta froma, el montubio parece reinventar su historia mencionando que “somos un pueblo de una cultura bicentenaria” enfatizando la importancia del proceso de su movimiento como “20 años de lucha popular…10 años de la gestión institucional”.
Aunque será imprevisible si mantienen su desarrollo cohesionado, es cierto su proceso de visibilización estadística en el censo de población de 2010: “Actualmente el pueblo montubio cuenta con 1465 comunidades”.
6. Mito y realidad de las relaciones étnicas bajo el gobierno de Correa
 
6.1 Indígenas y afrodescendientes en la ‘Revolución ciudadana’
 
En enero de 2007, asumió la Presidencia el economista Rafael Correa. El triunfo de Correa es importante a nivel latinoamericano y nacional. Esto marcó un viraje significativo en las tendencias de la región bajo la consigna del “Socialismo del siglo XXI”. A nivel nacional, el triunfo de Correa y el movimeinto Alianza País significa una derrota para la partidocracia tradicional y el sistema político totalmente deslegitimado. Así, el reto se inscribe en reconstruir la institucionalidad del Estado con la participación ciudadana llamada “Revolución Ciudadana”. Lo fundamental es la convocatoria a una nueva Asamblea Constituyente.
Entonces, ¿quiénes son los ciudadanos en la idea o concepto de la “Revolución ciudadana”?  ¿Ciudadanos étnicos o ciudadanos diferentes? ¿Cómo podrían reivindicar la “Revolución ciudadana” y el “Socialismo del siglo XXI” a los pueblos étnicos en derecho al beneficio de gozar plenamente de su ciudadanía con base a identidad propia?
6.2. Reforma constitucional de 2008: hacia un Estado plurinacional e intercultural
 
En 2008 la Asamblea Constituyente reunida en Montecristi aprobó una nueva Constitución Política del Ecuador, con varias reformas importantes. Veamos sus principales novedades relacionadas con los pueblos étnicos. Sin duda, la novedad mayor son los artículos sobre plurinacionalidad, interculturalidad y derechos de los pueblos. El principio fundamentel del Estado se define en el artículo 1 como “El Ecuador es un Estado…intercultural, plurinacional…”.
Sobre los pueblos, el artículo 56 dice: “las comunidades, pueblos y nacionalidades indígenas, el pueblo afroecuatoriano, el pueblo montubio y las comunas forman parte del Estado ecuatoriano, único e indivisible”. Como se ve claramente, el concepto de “negro” fue excluido de la Constitución, ya que reconoce los derechos del “pueblo afroecuatoriano”, concepto que se propone porque, a diferencia de la asociación negativa de “negro”, esta nueva denominación supera la connotación racial de las personas, y dimensiona el carácter étnico e identitario de la diáspora africana en el mundo (Antón Sánchez 2010: 7). Además, el pueblo montubio está visibilizado e incluido en la nueva Constitución.
De misma forma, los artículos 57, 58 y 59 reconocen los derechos colectivos de indígenas (se enumeran 21 derechos en total), afroecuatorianos y montubios, respectivamente, y en el siguiente artículo 60 mencionando que “podrán constituir circunscripciones territoriales para la conservación de su cultura”. De este modo, se establecerán las formas de administración, funcionamiento y autogobierno de las nacionalidades y pueblos en sus territorios, sin que esto signifique propiedad sobre los recursos no renovables del subsuelo.
Algunos derechos colectivos ya establecidos en la Constitución de 1998 fueron ampliados y enriquecidos, por ejemplo, el derecho a conservar las prácticas indígenas de manejo de la biodiversidad que ya constaba en la Constitución anterior (Arts. 84 y 86), que se complementa con la obligación del Estado de establecer y ejecutar programas de ese tipo en coordinación con las comunidades (Arts. 57 y 58). Así mismo, el derecho a participar con representantes en organismos oficiales se amplía al de participar en el diseño de planes y políticas públicas que les afecten (Art. 57 y 16).
En la Constitución de 2008 hay otras características nuevas: En cuanto a los idiomas se define que “el castellano, el kichwa y el shuar son idiomas oficiales de relación intercultural. Los demás idiomas ancestrales son de uso oficial para los pueblos indígenas en las zonas donde habitan…”, pese a que no se ha aceptado el planteamiento por el mivimiento indígena, de reconocer al quechua y al shuar como idiomas oficiales al igual que el castellano.
Agregando nuevo contenido, se desarrolla el concepto andino del Buen Vivir (sumak kawsay) equivalente al desarrollo sostenible: el ser humano en armonía con la naturaleza.
6.3. Movimientos étnicos ante el autoritarismo de Correa
 
En enero de 2007 el presidente Correa designó al poeta esmeraldeño Antonio Preciado como Ministro de Cultura, quien fue el primer afroecuatoriano en ocupar un cargo público en la historia (pero Preciado renunció su cargo en 2008 y ahora es el embajador en Nicaragua).
No obstante, en cuanto a su postura con los movimientos étnicos y sociales, el gobierno de Correa no difiere mucho de los anteriores. Al principio fomentaba cierta simpatía o ilusiones entre sectores populares, pero durante la Constituyente, las diferencisas de Correa con las demandas indígenas y su dura retórica contra los dirigentes de la CONAIE, empezaron a resquebrajar la relación.
La primera discordia fue el intento de inclusión en la nueva Carta Magna, del consentimiento previo para la explotación de los recursos naturales. Pese a la objeción del Jefe de Estado, al final se aprobó la consulta previa, libre e informada para los pueblos indígenas, afroecuatorianos y montubios, sobre los temas que pudieran afectar sus derechos.
Luego surgieron las discrepancias por la plurinacionalidad. El Mandatario siempre puso reparos y respaldó la explotación de recursos naturales en territorios de las comunidades. Aun así, la CONAIE logró la declaratoria del Ecuador como Estado plurinacional y respaldó la nueva Constitución.
Desde noviembre de 2008 se han prolongado conflictos sobre la nueva ley, propuesta por Correa. Miles de indígenas, ambientalistas y miembros de organizaciones sociales marcharon para manifestar su rechazo al proyecto de ley minera que favorece a las empresas transnacionales y puede afectar a las comunidades ocasionando consecuencias negativas en el medio ambiente.
Durante el 2010, la aplicación de los derechos indígenas establecidos en la Carta Política (el Artículo 57, Numeral 17) es el principal punto de fricción entre los dos sectores. Una de sus transitorias estableció la aprobación de 14 leyes, entre ellas la ley del agua, para promover el nuevo modelo de desarrollo y el “Buen Vivir”. El trámite de esa norma generó la ruptura casi total entre los indígenas y el régimen. La falta de acuerdos sobre los mecanismos para implementar la consulta prelegislativa, establecida en la Constitución del 2008, trabó la discusión de los proyectos de ley de agua en la Asamblea Nacional.
Al mismo tiempo, la designación del líder indígena Ricardo Ulcuango como embajador en Bolivia en agosoto de 2011 sorprendió a las organizaciones indígenas. El presidente de la CONAIE, Humberto Cholango, lo acusa de traicionar los principios del indigenado y de haber caído en la “trampa” del gobierno para dividir a ese sector.
Actuando dentro del “nuevo orden multi-cultural” (que implica multiculturalismo oficial), el gobierno de Correa reconoce las diferencias étnicas e identitarias incluyendo su carácter ancestral y territorial, pero, a la vez, a las espaldas de ellas, otorga concesiones para explotación de los recursos naturales sin consultar a los pueblos de cada territorio. Así, se ensancha la brecha entre el discurso de los derechos colectivos constitucionales y las prácticas políticas neoliberales (Walsh y García: 2002: 324).
Misma tendencia se ve en el caso de la Iniciativa Yasuní-ITT. Es una propuesta planteada desde 2007 por parte de grupos ambientalistas y casi inmediatamente adoptada por el gobierno central, para mantener la reserva de la biósfera alejada de la explotación petrolera (de los campos ITT: Ishpingo, Tambococha y Tiputini) que se realiza en varias zonas de la selva amazónica ecuatoriana y mantener como zona intangible una parte del Parque Nacional Yasuní, para no interferir en los territorios de los grupos aborígenes no contactados. Para viabilizarla se propone un mecanismo de compensación realizada por la comunindad internacional. Sobre el proyecto Yasuní ITT, la CONAIE manifestó su rechazo al plan B de explotación petrolera en el bloque que actualmente impulsa el gobierno, ya que la CONAIE critica el doble discurso del presidente Correa: mientras promociona la iniciativa, mantiene el plan de explotación. Ante el gobierno la CONAIE exige el respeto a los derechos de los pueblos indígenas aislados que se verían afectados con este plan. Siguen en firme enfrentamientos entre movimiento indígena y el gobierno.
Consideraciones finales
 
En esta ponencia hemos analizado las estrechas y contradictorias relaciones entre los grupos étnicos y multiculturarsmo oficializado en el Ecuador. Se recoge un intento de reflexionar sobre un proceso de debate, discusión y diólogo sobre los temas relacionados.
Los movimientos indígenas han logrado plantear e incorporar en los artículos de la Constitución algunos cambios de los conceptos como ciudadanía, derechos colectivos de grupos étnicos, además de la visibilización de cada etnicidad.
Según las expresiones del investigador Ramón Pajuelo (Pajuelo 2007, pp.131-146), tanto los Mapas de los Pueblos y Nacionalidades Indígenas como la participación activa de los pueblos en el espacio público nacional (manejo de organizaciones gubernamentales, censos de población, etc.) resultan una auténtica reinvención (discursiva, práctica y visual) de las comunidades imaginadas, sobre bases de plurinacionalidad e interculturalidad, por medio de la “unidad en la diversidad”. Por eso, se puede decir que en el Ecuador el surgimiento del movimineto étnico y la etnogénesis de algunos pueblos aparecen como un fenómeno bastante nuevo o más bien contemporáneo, que se da en profundos cambios y transformaciones en el conjunto de la sociedad local y nacional, así como del contexto global.
Por otra parte, el planteamiento de la pregunta 16 del censo de población asevera que es difícil pedir una autoidentificación por cultura y costumbres, cuando la tecnología de la comunicación constantemente cambia los patrones de conducta en el país y el mundo. Pese a esta realidad, se producen cada vez más cifras y estadísticas como una firme y/o frágil demonstración de la identidad multidimencionaria (étnica, civil y nacional) y visualizada.
Además, a pesar de los logros por indígenas y afrodescendientes en los ámbitos de derechos colectivos y el manejo de desarrollo social y económico, subsisten situaciones de rezago y acceso desigual a los frutos del desarrollo, en donde la inequidad se manifiesta tanto por condición étnica como por género. En los umbrales del siglo XXI importantes núcleos de los pueblos indígenas y afrodescendientes siguen viviendo en una situación de marginación y exclusión social.
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– Hidekazu Araki
Universidad de Kanagawa
Ponencia presentada en el SEMINARIO INTERNACIONAL: “Estado, Ciudadanía y Movimientos Sociales en Tiempos de Globalización en las Américas”, IEP (Lima), 6 de septiembre de 2011

Fuente: http://alainet.org/active/49233